sábado, 1 de mayo de 2010

Sentir la totalidad

No se puede ver mucho, aunque hay tanto, pero tiene un aire, un algo, diferente. Incluso bajo tierra uno sabe que está ahí, y que ama viajar en subte, y que odia el olor a humedad de los subtes. Y después sale a la calle, y le gusta, y siente ese algo pero, por alguna razón, un poco también lo odia. Escucha gritos, bocinas, gente, murmullo, y sabe que es movimiento, que eso es vida, y sabe que no es su vida, que uno no podría vivir así. No se necesita recorrer mucho, y ya se sabe que hay tanto, tanto para ver y tanto para cerrar los ojos cuando uno pasa por al lado. Buenos Aires siempre me resulto un tanto contradictoria. Y es así, con mi cuidad natal siempre mantuvimos una linda relación amor/odio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario