No soy fuerte, no soy dura, no soy fría. No me gusta cantar en público, ni hablar cuando me obligan, no me gusta hacer fila, ni me gusta hacer esperar. No tengo equilibrio, y por eso suelo perderlo, en todo sentido. Me gustan las cosas simples, y la gente complicada me llama la atención. Odio algunas cosas, pero me resulta fascinante todo lo demás. No tolero el olvido, no creo en el pasado, pero más aún odio el futuro. No soy una regla de 3 simple, pero tampoco un polinomio de 5 x, aunque por momentos lo parezca. Arañas, altura, incluso muerte, no le tengo miedo a eso, y sin embargo, me encuentro teniéndole miedo a otras cosas, a las cosas más lindas, teniendo miedo a tenerlas, por terror a perderlas. No quiero que me lastimen, ni lastimar a nadie, no si todo va a desaparecer luego. Sin embargo, estoy dispuesta a sufrir, si realmente la causa lo vale, no le temo a las lágrimas, si se que caen por una buena razón. No pido mucho, ni doy poco. No quiero promesas, ni verdades, ni perdones. No quiero ni mañanas, ni pasados, ni promesas eternas, ni yo siempre, ni vos nunca. Ya me canse de dudas, y culpas y miedos, pero estoy dispuesta a convivir con ellos mucho tiempo más. Se que son, y se que porque están, y no pretende echarlos. Y por eso no te pido que olvides tu pasado, ni que lo escondas, no me mientas, no te mientas, no ahora.
Simplemente no me quieras, si no vas a saber quererme .
